La pandemia de COVID-19 ha afectado a millones de personas en todo el mundo, dejando a muchos con secuelas persistentes que afectan su calidad de vida. Es fundamental comprender la caracterización de estas secuelas en la población afectada para poder ofrecer un tratamiento adecuado. El objetivo de este estudio es analizar y describir las secuelas que persisten en la población después de haber superado la infección por COVID-19, con el fin de identificar posibles patrones y factores de riesgo asociados. Se llevó a cabo un estudio descriptivo, observacional, retrospectivo de la población pesquisada en atención primaria que padeció la enfermedad, para identificar la prevalencia de síntomas persistente, desde septiembre de 2021 hasta septiembre 2022, centrándose en los síntomas más comunes y su duración. Se realizaron análisis estadísticos para identificar posibles asociaciones entre las secuelas y variables como la edad, el sexo y la gravedad de la infección inicial. Los resultados mostraron que las secuelas más comunes después del COVID-19 incluyen fatiga persistente, dificultades respiratorias, dolor muscular y mental nebuloso. Además, se observó que los pacientes de mayor edad y los que habían requerido hospitalización tenían una mayor probabilidad de experimentar secuelas prolongadas. Este estudio destaca la importancia de seguir de cerca a los pacientes recuperados de COVID-19 para detectar y tratar de manera temprana las secuelas persistentes. Además, sugiere la necesidad de investigaciones futuras para comprender mejor estos efectos a largo plazo y desarrollar estrategias de tratamiento efectivas.